De la tierra al asfalto

Teresa y Juanmy, dos socios betetistas de El Pedal Aragonés, se embarcaron en la aventura de hacer la Treparriscos 2017 con sus BTTs aunque con neumático relativamente adaptado a carretera. Nos cuentan su experiencia, probablemente muy útil para futuros interesados/as. Gracias por vuestro relato.

Teresa y Juanmy llegando a meta
Teresa y Juanmy llegando a meta

 

Después de tres años haciendo btt con nuestro “Pedal Aragonés” el cuerpo nos pedía marcha y decidimos afrontar algún reto nuevo. Sin saber muy bien cómo y alentados por varios compañeros del club nos vimos inscritos en la Treparriscos. ¿Pero qué narices hacemos aquí si esto es carretera y nosotros somos de la BTT?

Nos enfrentamos a ella con curiosidad, no sin algo de miedo y complejo de inferioridad. Curiosidad por vivir desde dentro la marcha cicloturista más importante de Europa. Complejo de inferioridad pensando que con nuestras bicis de montaña nos resultaría difícil seguir la rueda de las flacas. Miedo por no saber cómo reaccionaríamos ante semejante aglomeración de ciclistas en carretera, nosotros que andamos a nuestro aire por esos caminos de Dios.

Nuestro objetivo desde el principio ha sido claro: en primer lugar terminar la marcha sin incidentes. En segundo lugar disfrutar del día y la experiencia pasándolo lo mejor posible. Sin tiempos ni agobios.

Cuando llegamos el viernes a por los dorsales empezamos a vivir el buen ambiente ciclista que se respiraba en Sabiñánigo: bicis, coches y caravanas por doquier. Música y gente pasándolo bien. Ni que decir tiene que la organización se merece un 10.

Antes de la salida
Antes de la salida

El sábado a eso de las 7 am ¡menudo mogollón en la carretera para llegar al parking! La carretera es una procesión de coches y porta bici interminable. A la entrada de Sabiñánigo comienzan las retenciones. Buscamos al compañero J Antonio Bernad: ¡toda una aventura encontrarse entre 11000 personas con bici! Salida de la QH y nervios, ya nos quedaba poco para la aventura.

Tras los primeros km prestando mucha atención para no tener incidentes, empezamos a disfrutar de la preciosa carretera que lleva a Biescas.  En ese primer tramo saludamos con alegría a algún que otro socio del  Club (culpables en parte de nuestra presencia allí) Salva Macías, Pepe, Juan… todo un orgullo. Nos sorprendió gratamente el ambiente tanto dentro como fuera del pelotón. La gente  de los pueblos y los voluntarios hacen que quienes vamos en bici nos sintamos cual corredores del Tour. Hasta nos corean por nuestro nombre de pila (que llevamos en el dorsal ;). Tras la parada obligatoria en Biescas afrontamos  sin problemas la subida del Cotefablo.  Me encantaron los grupos de gente joven animando en medio de la carretera con vino, jamón, cencerros… las señoras sentadas en sus sillas a la sombra. Y el paisaje, espectacular.

Una vez coronado el puerto, en el segundo avituallamiento, encuentro con otro socio del Pedal  Antonio Martín, y foto de rigor.  A destacar la sensación inigualable de bajar por la carretera de Broto cerrada al tráfico con la única preocupación de tomar bien las curvas. Un subidón de adrenalina y endorfinas con la seguridad de tener en el bolsillo la mitad del trabajo y sin “despeinarnos”.

Con Antonio Martín y Jose A, Bernad en un avituallamiento
Con Antonio Martín y Jose A, Bernad en un avituallamiento

Admirando el paisaje y unas cuantas fotos más tarde llegamos al último avituallamiento antes del temido “Fiscal”. Nos habían prevenido que era durillo y habíamos guardado  un poco por si acaso. Cierto es que el sol apretaba y se antojaba que podría ser pesado, pero con nuestra paciencia bttera y chino-chano nos plantamos en el túnel sin problemas dejando atrás un reguero de flacas paradas en el arcén ;). Hasta Sabiñánigo un paseo cuesta abajo, que es lo que más gusta,  y la llegada al pueblo indescriptible, con todo el personal animando en la calle.

 

Como decía al principio, nos enfrentamos a la marcha con mucho respeto, siguiendo las indicaciones de nuestros compañeros de club. Pero tenemos que añadir que los puertos no nos parecieron tan temibles, quizás por venir de la BTT donde con frecuencia nos enfrentamos a rampas muy duras o por el subidón de sentirnos protagonistas de algo  importante.

Sin lugar a dudas una experiencia para repetir el próximo año.

Juan Miguel y M. Teresa
Juan Miguel y M. Teresa
Subiendo Cotefablo. Ambos hicieron la Marcha con bici de montaña
Subiendo Cotefablo. Ambos hicieron la Marcha con bici de montaña

 

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