La Virgen de Dorleta se ha convertido en varias ocasiones en un punto de encuentro de los ciclistas zaragozanos. Allí acudimos con frecuencia, varias veces al año, para disfrutar de las rampas del puerto de Jaulín y acceder a un punto ya emblemático de nuestro ciclismo regional.
Hubo unos años en que se convirtió en jornada de convivencia, auspiciada por la FAC, de los clubes locales, como acto protocolario del inicio de temporada.
Durante decenios (y ya podemos decir que en el siglo pasado), los clubes locales abrían la temporada de cicloturismo con una ofrenda a la Virgen del Pilar, el primer domingo de marzo. Con motivo de las obras de la Plaza del Pilar se convino en realizar esta ofrenda a la Virgen de Dorleta el último domingo de febrero. Hubo unas cuantas ediciones en las que rotatoriamente se preparaba un suculento chocolate en Jaulín, pero la pandemia, como tantas otras cosas, acabó con ello.
Sin embargo El Pedal Aragonés ha mantenido viva la llama y por nuestra cuenta, con la anexión de cualquier cicloturista, seguimos con la tradición. El 25 de febrero subiremos a la Dorleta, dejaremos unas flores y aquellos que sean creyentes seguramente le pedirán a nuestra patrona , la Virgen de los Ciclistas, esa protección tan necesaria para la temporada que se inicia.
